No tengo palabras, tuve la suerte de estar junto al tablao, no soy muy de flamenco, era por verlo en Sevilla, y me han saltado las lágrimas de ver la pasión en persona y sentirla en cada uno de los pelos que se me han puesto de punta, cada uno de ellos era un maestro, el cantaor, desgarrado por la pasión, Pedro, el guitarrista, para los que tocamos acordes, algo de otro mundo, la cantaora, puro arte y los dos bailarines, bufff, esto hay que verlo y vivirlo, porque en palabras no se puede transmitir, un alcoyano en Sevilla que se va enamorado del flamenco y del buen arte apasionado, gracias, de corazón