Bailaora y coreógrafa , Patricia Ibáñez nació en Jerez de la Frontera, cuna del flamenco, donde inició su trayectoria artística a los cinco años actuando en el Teatro Villamarta bajo la tutela de Cristóbal “El Jerezano”. Desde sus inicios, mostró un talento natural que la llevó a formarse con maestros de la talla de Juan Parra, Ana María López y otros grandes exponentes del flamenco. Con Ana María López, pasó a formar parte del grupo “Semilla Flamenca”, participando en giras como la “Difusión del Flamenco” en 1991 y en eventos internacionales como la Expo-92 y actuaciones en Marsella y París.
Su formación se enriqueció en cursos especializados junto a figuras como Carmen Cortés, Eva “La Hierbabuena”, Farruquito, Juana Amaya, Belén Maya y Antonio “El Pipa”, quien la integró posteriormente en su compañía. Con esta última, brilló en giras internacionales que la llevaron a escenarios emblemáticos como el City Center de Nueva York y festivales en América, Europa y Marruecos.
Ha trabajado con grandes nombres del flamenco, como Paco Cepero y Sara Baras, además de formar parte del Ballet Flamenco de Andalucía dirigido por Cristina Hoyos. Patricia también ha destacado como solista en festivales de renombre como la Fiesta de la Bulería, la Suma Flamenca, y el Festival de Jerez, consolidándose como una figura clave del baile flamenco contemporáneo.
A lo largo de su carrera, ha recibido prestigiosos reconocimientos, incluyendo el 1º Premio en el Concurso Nacional de Baile por Alegrías y la Copa Jerez otorgada por la Cátedra de Flamencología de Jerez. Además, ha llevado su arte a países como Japón, Alemania, Canadá, Sudán, Qatar y República Dominicana, tanto como intérprete como docente, impartiendo cursos internacionales de flamenco y dejando huella en los escenarios más importantes del género.
Desde 2017, Patricia combina su carrera artística con la dirección de su escuela de baile en el barrio flamenco de Santiago, en Jerez de la Frontera. Allí forma a las nuevas generaciones de bailaores mientras continúa actuando en tablaos de prestigio como La Casa del Flamenco y El Arenal, en Sevilla. Su dedicación y pasión por el flamenco la han convertido en una embajadora de este arte, reconocida dentro y fuera de España.